miércoles, 27 de octubre de 2010

Sesión de noviembre de "Poesía de OídAs": Gabriela Mistral




El próximo día 4 de noviembre se celebrará, en la localidad madrileña de Arganda del Rey, la segunda sesión de la nueva temporada de “Poesía de OídAs”, ciclo de divulgación literaria dedicado esta vez a una de las voces fundamentales de la poesía chilena: Gabriela Mistral, quien obtuvo, en 1945, el primer Premio Nobel para la literatura hispanoamericana.

Autenticidad e intensidad quizá sean las características que definan mejor el estilo de Gabriela Mistral (1889-1957), cuya intuición creativa supo por sí sola, con fecundo magisterio, conducir a la poesía chilena de su tiempo desde un modernismo que ya caducaba hacia una expresión de vigor genuino, fundada por completo en la fuerza telúrica sudamericana. Profesora y después diplomática, Mistral, de verdadero nombre Lucila Godoy, demostró además, a lo largo de toda su vida, su compromiso cívico con la educación y la cultura, y con los desheredados de todo el mundo.

Combinando dinámicas propias del recital poético con estrategias de “radio-teatro", el ciclo “Poesía de OídAs” es una actividad encaminada al disfrute sensorial del verso, y busca, todos los primeros jueves (no festivos) de cada mes, la formación de audiencias para la literatura en el ámbito de la Comunidad de Madrid, prestando atención fundamentalmente a la gran poesía española e iberoamericana. La iniciativa cuenta con el apoyo y la colaboración de la Concejalía de Educación, Cultura y Juventud de Arganda del Rey.


Lugar y hora de celebración: Café-Teatro del Enclave Joven de Arganda, c/ Mar de Alborán, nº 1, Arganda del Rey (Madrid) / 20:00 hrs.

Dirige: Carolina Barreira.

Presentan: Carolina Barreira y Antonio Daganzo.





(Foto 1: Retrato de Gabriela Mistral.)

(Foto 2: Gabriela Mistral, sentada junto a Pablo Neruda.)

sábado, 23 de octubre de 2010

Centenario de Miguel Hernández: Palabras de Pablo Neruda

“Recordar a Miguel Hernández, que desapareció en la oscuridad, y recordarlo a plena luz, es un deber de España, un deber de amor. Pocos poetas tan generosos y luminosos como el muchachón de Orihuela cuya estatua se levantará algún día entre los azahares de su dormida tierra. No tenía Miguel la luz cenital del Sur como los poetas rectilíneos de Andalucía sino una luz de tierra, de mañana pedregosa, luz espesa de panal despertando. Con esta materia dura como el oro, viva como la sangre, trazó su poesía duradera. ¡Y éste fue el hombre que aquel momento de España desterró a la sombra! ¡Nos toca ahora y siempre sacarlo de su cárcel mortal, iluminarlo con su valentía y su martirio, enseñarlo como ejemplo de corazón purísimo! ¡Darle la luz! ¡Dársela a golpes de recuerdo, a paletadas de claridad que lo revelen, arcángel de una gloria terrestre que cayó en la noche armado con la espada de la luz!”




Esta fotografía histórica fue tomada en 1934, con motivo del homenaje rendido a Vicente Aleixandre -tercero por la derecha de entre los sentados- por la aparición de su poemario "La destrucción o el amor". En la imagen podemos ver también a Miguel Hernández y Pablo Neruda -primero por la izquierda y segundo por la derecha, respectivamente, de entre quienes se hallan de pie-.

domingo, 17 de octubre de 2010

Un poema: "Mañana, la intemperie", de Pedro A. González Moreno




"(A Mariví)

Por si no amaneciera
mañana, que la casa
no parezca vacía;
que todo continúe como al borde
de suceder, no olvides
dejar llenas las copas, como si el vino fuese
una última forma de esperanza.
Y ahí, sobre el mantel, recién partido,
deja también el pan
para que haya un olor a espigas altas
o para que parezca
que hay cosas que se pueden compartir todavía.
Deja algún libro abierto en cualquier sitio,
como si fueras a volver muy pronto;
que parezca que todo se ha quedado esperándote.
Que no note la muerte cuando llegue
que en esta casa ya
no vive nadie. Deja
abierta una ventana para que entre
todo ese ruido extraño
y ajeno de la calle.
Que en tu muerte no haya
esa misma intemperie que hubo siempre en tu vida.

Guarda en algún espejo
tu mirada y un poco de esa lumbre
que ya no habrá en tus ojos
mañana; y guarda dentro de un cuaderno
el ascua viva de tu tacto. Deja
encendida una lámpara,
por si acaso la noche
durara demasiado.
Déjalo todo como si esta noche
no fuera a ser la última. No olvides
dejar un libro abierto en cualquier página.

Y deja tu ventana bien abierta
para que así mañana la luz te reconozca,
aunque ya sólo seas
un cuerpo roto, un cuerpo sin memoria y con frío;
para que así mañana (si amanece)
siga entrando por ella -aunque tú no lo oigas-
todo ese ruido extraño
y ajeno de la vida."


Con este poema, "Mañana, la intemperie", el escritor manchego Pedro Antonio González Moreno (Calzada de Calatrava, Ciudad Real, 1960) obtuvo en 2007 el Premio "Manuel Alcántara", en su XV edición. Hemos querido recordar este hermoso texto pocos días después de que Pedro Antonio, excelente amigo, haya sumado una nueva distinción en su brillante carrera literaria: el Premio de Poesía "Alfons el Magnànim" 2010, otorgado por la Diputación de Valencia. ¡Enhorabuena, Pedro!

domingo, 10 de octubre de 2010

Un poema: "Soneto XVIII", de Garcilaso de la Vega




"Si a vuestra voluntad yo soy de cera
y por sol tengo sólo vuestra vista,
la cual a quien no inflama o no conquista
con su mirar es de sentido fuera,

¿de dó viene una cosa que, si fuera
menos veces de mí probada y vista,
según parece que a razón resista,
a mi sentido mismo no creyera?

Y es que yo soy de lejos inflamado
de vuestra ardiente vista y encendido
tanto que en vida me sostengo apenas;

mas si de cerca soy acometido
de vuestros ojos, luego siento helado
cuajárseme la sangre por las venas."