lunes, 28 de diciembre de 2009

"Oda a las manos de Vicente", de Carolina Paz (Para el pintor Vicente Etxarte Lasa)




"Antes que Vicente,
sus manos.
Después de ellas,
sus ojos,
y cerrándolo todo,
su alma con forma de corazón.

Ellas, sus manos
permiten
que
de un objeto cuadrado,
me miren
y cuenten su historia
una Diosa,
un gigante,
un árbol
y hasta animalitos
mimetizados
que me guiñan el ojo
y luego se esconden.

¿Y cuáles son sus guiños con la vida?

Oh, sus manos
que bailan
coreografías multicolores,
cargadas
de historias ancestrales
que pareciera
que van a quedarse mudas:
entonces
sus manos aparecen
y pintan una nueva voz.

Las manos de Vicente
amasan leyendas,
desempolvan
relatos míticos
y, al mismo tiempo,
cortan el pan,
archivan documentos,
fotografían la vida
y la esculpen.

He aquí la oda
a tus manos,
Vicente,
amigo;
a las verdaderas artistas
que escriben tu vida
en el lienzo
mientras tú
la lees
en la vida."




(Imágenes 1 y 2: "Pico del Oso (Sierra de Guadarrama)" y "Basajaun 1", obras de Vicente Etxarte).

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Qué drama de silencios...

Qué drama de silencios.
Nadie osaría callar en una paramera
donde el valor del habla se ventea caduco,
hijastro de una fórmula,
y se cifra en vanos oropeles;
y, sin embargo, aquí estamos,
negando epopeya a nuestras voces,
trazando a lo mejor bocetos con la boca
que sabemos efímeros,
ni siquiera proyectos de besana;
callamos,
y es así como voy construyendo,
entre tus labios,
un verbo de esperanza,
porque te pienso amiga
y personaje también de un drama de silencios
que preferimos a frases de hojarasca.


De la colección de poemas "Cuanto para ti voy inventando", publicada en el volumen "Nuevos autores de la poesía española/3", de la serie "Poesía española contemporánea" (Sevilla, 2001).

viernes, 11 de diciembre de 2009

"El poeta se acuerda de su vida": Homenaje a Vicente Aleixandre (y III)




"Vivir, dormir, morir: soñar acaso."
(Hamlet)

"Perdonadme: he dormido.
Y dormir no es vivir. Paz a los hombres.
Vivir no es suspirar o presentir palabras que aún nos vivan.
¿Vivir en ellas? Las palabras mueren.
Bellas son al sonar, mas nunca duran.
Así esta noche clara. Ayer cuando la aurora,
o cuando el día cumplido estira el rayo
final, y da en tu rostro acaso.
Con un pincel de luz cierra tus ojos.
Duerme.
La noche es larga, pero ya ha pasado.”


El texto "El poeta se acuerda de su vida" figura en el libro de Vicente Aleixandre titulado Poemas de la consumación, Premio de la Crítica en 1969.

(Foto: Vicente Aleixandre en sus años maduros, acompañado -de izquierda a derecha- por los, entonces, muy jóvenes poetas Javier Lostalé, Ramón Mayrata, Eduardo Calvo, Luis Alberto de Cuenca y Luis Antonio de Villena.)

lunes, 7 de diciembre de 2009

"El más pequeño": Homenaje a Vicente Aleixandre (II)




"Es el más pequeño de todos, el último.
Pero no le digáis nada; dejadle que juegue.
Es más chico que los demás, y es un niño callado.
Al balón apenas si puede darle con su bota pequeña.
Juega un rato y luego pronto le olvidan.
Todos pasan gritando, sofocados, enormes,
y casi nunca le ven. Él golpea una vez,
y después de mucho rato otra vez,
y los otros se afanan, brincan, lucen, vocean.
La masa inmensa de los muchachos, agolpada, rojiza.
Y pálidamente el niño chico los mira
y mete diminuto su pie pequeño,
y al balón no lo toca.
Y se retira. Y los ve. Son jadeantes,
son desprendidos quizá de arriba, de una montaña,
son quizá un montón de roquedos, que llegó ruidosísimo
de allá, de la cumbre.


Y desde el quieto valle, desde el margen del río,
el niño chico no los contempla.
Ve la montaña lejana. Los picachos, el cántico de los vientos.
Y cierra los ojos, y oye
el enorme resonar de sus propios pasos gigantes por las rocas bravías."


(El poema de Vicente Aleixandre "El más pequeño" pertenece a su libro de 1954 "Historia del corazón".)

miércoles, 2 de diciembre de 2009

"Soy el destino": Homenaje a Vicente Aleixandre (I)




"Sí, te he querido como nunca.

¿Por qué besar tus labios, si se sabe que la muerte está próxima,
si se sabe que amar es sólo olvidar la vida,
cerrar los ojos a lo oscuro presente
para abrirlos a los radiantes límites de un cuerpo?

Yo no quiero leer en los libros una verdad que poco a poco sube como un agua,
renuncio a ese espejo que dondequiera las montañas ofrecen,
perlada roca donde se refleja mi frente
cruzada por unos pájaros cuyo sentido ignoro.

No quiero asomarme a los ríos donde los peces colorados con el rubor de vivir
embisten a las orillas límites de su anhelo,
ríos de los que unas voces inefables se alzan,
signos que no comprendo echado entre los juncos.

No quiero, no; renuncio a tragar ese polvo, esa tierra dolorosa, esa arena mordida,
esa seguridad de vivir con que la carne comulga
cuando comprende que el mundo y este cuerpo
ruedan como ese signo que el celeste ojo no entiende.
No quiero, no, clamar, alzar la lengua,
proyectarla como esa piedra que se estrella en la frente,
que quiebra los cristales de esos inmensos cielos
tras los que nadie escucha el rumor de la vida.

Quiero vivir, vivir como la hierba dura,
como el cierzo o la nieve, como el carbón vigilante,
como el futuro de un niño que todavía no nace,
como el contacto de los amantes cuando la luna los ignora.

Soy la música que bajo tantos cabellos
hace el mundo en su vuelo misterioso,
pájaro de inocencia que con sangre en las alas
va a morir en un pecho oprimido.

Soy el destino que convoca a todos los que aman,
mar único al que vendrán todos los radios amantes
que buscan a su centro, rizados por el círculo
que gira como la rosa rumorosa y total.

Soy el caballo que enciende su crin contra el pelado viento,
soy el león torturado por su propia melena,
la gacela que teme al río indiferente,
el avasallador tigre que despuebla la selva,
el diminuto escarabajo que también brilla en el día.

Nadie puede ignorar la presencia del que vive,
del que en pie en medio de las flechas gritadas
muestra su pecho transparente que no impide mirar,
que nunca será cristal a pesar de su claridad,
porque si acercáis vuestras manos, podréis sentir la sangre.”


El poema "Soy el destino" pertenece al libro "La destrucción o el amor", Premio Nacional de Literatura en 1933. Su autor, el gran escritor español Vicente Aleixandre, nacido en 1898, y Premio Nobel de Literatura en 1977, falleció el 13 de diciembre de 1984, con lo que en pocos días se cumplirá el 25º aniversario de su óbito.