De nuevo he de agradecer muchísimo al querido poeta, escritor y crítico literario valenciano José Vicente Sala (Oliva, 1973) su generoso interés por mi obra: si ya en 2007 puso su atención en mi anterior libro, Que en limpidez se encuentre, ahora le debo una excelente reseña a propósito de mi nuevo poemario, Mientras viva el doliente. José Vicente Sala es autor de los poemarios Diario de retorno, Premio de Poesía "Eladio Cabañero" 2001 (Ediciones Vitruvio, 2002), y Ciclo austral, Accésit del XV Premio Internacional de Poesía "Jaime Gil de Biedma" (Visor Libros, 2005).
A continuación reproduzco la reseña de José Vicente, tal como ha aparecido publicada en el número correspondiente a junio de 2010 del periódico de información mensual "Crónica de Oliva".
POESÍA INDOLORA
"Antonio Daganzo (Madrid, 1976), autor de los libros Siendo en ti aire y oscuro y Que en limpidez se encuentre, nos trae ahora su nuevo poemario, Mientras viva el doliente. No sabemos si el autor pensó en una trilogía, pero lo que está claro es que Antonio ha depurado su poesía y han sido necesarios los libros anteriores, como lo son los padres, para que estos versos sean transparentes, carentes de artificio y cercanos.
El diccionario abierto:
cuántos nombres que duelen.
En este libro, la vida como una enfermedad es el mensaje principal. Los dolientes somos los vivos; la cita que abre el volumen, de La montaña mágica de Thomas Mann, es reveladora y tiene la clave de lo que el lector encontrará en Mientras viva el doliente. La voz de Antonio Daganzo es potente y concreta, se ciñe a los recuerdos y nos muestra su cargamento de vida. Queda claro que es la poesía el remedio que alivia los dolores de esta enfermedad. Cada verso es una píldora precisa.
Quiere la vida anchura y recorrido,
una frente de sabio en pleno vuelo
despejada e inmune al desconsuelo
bajo el cielo tenaz de lo vivido.
Lo importante en la vida es no negar lo evidente. A menudo, estos temas son tabú o revisten tal patetismo que el lector se hunde y se desanima. En cambio, Antonio propone un pacto. Estamos avisados. No hay engaño. A partir de ahí, pasan los momentos y se evoca la niñez, fuente de todo, porque sólo en esa etapa somos inmortales.
Una de las partes del libro, "Perros de arena", está compuesta por nueve sonetos de buena factura. Son gritos, afirmaciones, preguntas, con el ritmo y la fuerza del que tiene mucho oficio. Antonio toca varios palos y, en todos, sale airoso.
La salvación es posible si el dolor se asume y se vive plenamente consciente. La poesía es la tabla de salvación y el modo de llegar a los semejantes que esperan una respuesta o un testimonio. Eso es Mientras viva el doliente, un claro testimonio de vida, de existencia, con lo bueno y con lo malo, con la dicha y el dolor, y con el recuerdo que se hace presente para aliviar desgarros.
Enfermedad soy yo,
mas también soy su silencio,
su dormir impasible.
Mientras viva el doliente recupera una poética necesaria y útil, un modo de escribir que siempre promete y siempre nos deja con ganas de más. Antonio Daganzo ha echado un pulso y lo ha ganado. Los lectores de poesía también ganamos con sus versos y esperamos nuevos alivios, futuros versos que sean remedio de dolores personales."
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