jueves, 12 de julio de 2012

Humanamente...

Humanamente,
enfermo de fracaso como tú de belleza,
todavía entre el tiempo.
Es la alegría terca,
valiente, contra el sándalo,
prometida en cada línea de ese rostro
al que llevas el alma, despaciosa.
Tan entera me abismas como el miedo
y es verdad que el corazón de amanecida,
fruto combado de noches así tuyas.
Enfermo de fracaso me confundo
humanamente,
sangría de tambores por ti
y eres hermosa.

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