Un pentagrama de encuentro para las palabras que hablan de música, la música que nos deja sin palabras y la poesía: sinfonía del alma.
lunes, 26 de diciembre de 2016
De "Memoria del doliente" ("Mientras viva el doliente")
El niño,
forzoso prisionero de sus días sin calles,
necesitaba la lectura.
Y, consecuentemente,
incansable leyó, con afán tempranísimo.
Precocidad en absoluto caprichosa,
antojadizo aburrimiento:
leer era vivir,
leer daba la vida que pasaba de largo
ante el doliente,
porque la vida enfermedad era entonces también vida de enfermo,
el signo de una infancia,
el drama cuyas leyes después se decantaron
para afirmar la luz.
Fue la madre voluntariosa
quien enseñó al niño a leer.
Y fue así como un hijo roto
nació, tan ileso milagro,
dos veces de su propia madre.