Se me pierde este abrazo
y de él las cicatrices ya mañana;
hozando, se ha adentrado en la carne
levantando la piel,
jabalí resentido, intolerable.
Quisiera, al menos, voces,
o el consuelo del arco y de la música,
para oír el dolor por el que vivo;
quisiera la palabra,
victoria del desuello,
pero tuve para ti sólo este abrazo
que se perdió.
Se me ha callado.
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