
Después de su inaugural Zapatos de andar calles vacías, editado en 2006, aparece ahora, como el número 168 de la Colección Baños del Carmen, el segundo poemario del joven poeta Raúl Nieto de la Torre (Madrid, 1978), Tríptico del día después, igualmente publicado por Ediciones Vitruvio, esta vez tras haber obtenido el I Premio de poesía Fundación Siglo Futuro-Caja de Guadalajara.
Con este nuevo libro, y al servicio en esta ocasión de un viaje poético que va del desastre a la esperanza merced al sentiemiento amoroso, Raúl Nieto vuelve a dar testimonio de la brillante sencillez de su poesía, capaz de articular un discurso donde la eficacia de las imágenes se combina con la plena exigencia en el acento lírico. Valgan como ejemplo de lo dicho estos dos poemas pertenecientes a Tríptico del día después, obra de lectura absolutamente recomendable.
LA POESÍA
Cada poema es un objeto único
que se ha hundido en el fondo del océano.
No conocemos ni su forma,
ni su color, ni el tacto de su cobre
o de su plata o su madera...
(madera no, pues flotaría).
No valen las coartadas: se ha perdido
irremediablemente.
Sin embargo,
acaso queda aún el temblor
en las manos de donde se ha caído.
LOS AMANTES
No estamos hechos
para morir; la vida nos parece
un trozo de pan duro
que mordemos con hambre de horizontes.
Que los labios nos mientan
no es razón suficiente para cerrar la boca,
y a menudo el camino está cortado.
Pero la sed engaña;
pero el deseo escoge su mejor
rama para la fruta equivocada.
Distingue
a los amantes que se aman
una cierta elegancia en el error.