Un poema: "Barcinos años", de Francisco Caro

"Era la ciudad de jaime gil
era el solsticio
su nocturna impaciencia
quien extendía
aquel incendio de hogueras prevenidas
por la altura vegetal de las terrazas

eran brasa san juan y nuestros cuerpos
era la tarde
en que ardían felices multitudes
ríos de cobre
jóvenes de espuma
por el orgullo claro de las calles

era la noche alzada
a todos los deseos
y en ellos tú, cuando al filo
de la herida
ofreciste jugar a los decires
arrastrar nuestros nombres
nuestros labios
sobre carnales atlas
sobre tibias y escritas epidermis
de cráteres y nácar

era tu juego
arder en la demora

atarazanas
y soñaba tu mano el equilibrio
derivas del timón entre las aguas
besalú dije, y eran cauce
los arcos de tu pecho
a un torrente caudal y desatado
canigó, y emprendían
los labios su escalada
hacia alturas de llamas, de cenizas...

...ansiaban nuestras bocas
los volcanes, la nieve derramada

al alba
gastados ya los mapas
y el deseo, tu boca terminó
su búsqueda de huecos, de frescas alamedas
en aquellos quemados territorios

apenas luz remota
cuando el día y las sábanas hallaron
litorales, desnudos, solitarios
los maculados cuerpos

y desnudos salimos al balcón
porque el mar de los dos nos conociera
quisimos que guardara por siempre aquel instante
aquella fiebre
que aún ahora gozo todavía.

(sí, os amo todavía
barcinos años
piadoso fuego, calles de aventura
amanecido tiempo de prodigios)"


Esta jubilosa evocación de la pasión amorosa, "Barcinos años", pertenece al primero de los libros del magnífico poeta y amigo entrañable Francisco Caro (Piedrabuena, Ciudad Real, 1947). Aquella obra inaugural, Salvo de ti (Ediciones Vitruvio, Colección Baños del Carmen, nº 96), obtuvo en 2005 el Premio de la Asociación de Escritores de Castilla-La Mancha, y hoy hemos querido recordarla justo cuando Francisco Caro acaba de merecer un nuevo e importante galardón: el XXI Premio Nacional de Poesía "José Hierro", gracias al poemario Paisaje (en tercera persona), de aparición inminente. ¡Enhorabuena, Paco!