Madrid, 2004.
"La poesía de Antonio Daganzo es minuciosa y reflexiva. Como no podía ser menos. Antonio es así, ha sido siempre así: reflexivo, sensible. Y sin ningún interés por los fuegos artificiales del lenguaje. Busca cada palabra para expresar cada sentimiento no fijándose en su brillo sino en su entraña. Y en su búsqueda y manejo de la palabra hay un enorme amor, un inmenso respeto por el peso histórico de la lengua, de nuestra lengua. Éste es un hermoso libro poético de extraña madurez.
No es fortuita la elección de esos versos de Garcilaso como entrada en su breve y denso poemario (...) Ese dolido sentir garcilasiano y su ahorro casi avariento de altisonancias para decir su amor encaja bien con el propio sentir de Antonio Daganzo.

"Contribuyo al silencio", dice un verso de este libro. No se puede decir mejor una actitud poética que es también, y antes de nada, una actitud de vida ordinaria. Antonio Daganzo es de los que moriría antes de hacer ningún ruido y sólo dice palabras cuando sabe que sus palabras no harán ruido sino que contribuirán al silencio, extraño lenguaje total como la poesía misma. "Es el silencio igualándose a la vida"... "Silencio; soledad jamás"... "El silencio soy yo y este milagro"..., que dicen otros versos de Antonio. Algo así debía de pensar el sabio que recomendaba no hablar hasta estar seguro de poder mejorar el silencio. Octavio Paz cantó "la plenitud silenciosa de lo vivo". Quien lo diría en este mundo atiborrado de ruidos, en el que sólo lo ruidoso parece vivo. Y donde el silencio se confunde con la muerte.
María Zambrano, que tan sustanciosamente escribía sobre el silencio y la palabra, habló del "silencio diáfano en donde se da la pura presencia, la presencia total, tan total como algo humano puede serlo".
El amor es la presencia total y los poemas de este libro son poemas de amor con claro destinatario y sentenciosa reflexión. A veces, no parecen poemas de alguien aún tan joven de años sino de alguien con la secular madurez de las viejas sentencias.
El amor, como la poesía, nunca es gorgorito irreflexivo. O no es amor, es otra cosa. Y cuando estos poemas se deslizan por una especie de gongorismo refinado, de pensamiento gracianesco ("Ser como fui en el fuiste aéreo de aquel no ver...") tan partícipe de lecturas como de sentimientos, el verso adquiere tonalidad y sustancia clásica sin atenerse a ninguna regla clásica. Misterios de la palabra transida de silencio."
Bernardino M. Hernando
Profesor de Periodismo de la Universidad Complutense de Madrid.
Poeta, escritor y periodista.
(Foto: Bernardino M. Hernando en la presentación del poemario Siendo en ti aire y oscuro, leyendo su prólogo para la citada obra, en el Café Libertad 8 de Madrid el 10 de febrero de 2005.)